Skip to content

was4ice Posts

Ni se te ocurra olvidarme

Me da igual lo que pensáis, a mi todo eso me huele a delirio. Si no, hagamos las cuentas: 5 personas, de las cuales dos son niños, y las otras tres mocosos recién-entrados en los 20, 3.000 quilómetros de ida y vuelta y 4 días de viaje por las carreteras de un país de tercer mundo. Y yo. El Coche.

Verdad que no soy un coche cualquiera. No, señor, de eso nada. Cuando me sacaron al mercado hace nada más 5 años con un anuncio premiado en tres continentes, la gente se volvió loca. ¡El primer vehículo nacional de motor plano, con nada menos que 65 caballos de potencia y no uno, sino DOS maleteros! Ni siquiera osaron referirse a mí como una ranchera. Era un station wagon y punto.

Bueno, lo sigo siendo, aunque no me traten como tal. Mis maleteros, por ejemplo, están vergonzosamente desaprovechados. Si no fuera por la neverita de Telgopor donde guardan el agua y la leche en polvo de la bebé, mi carga se resumiría a dos mochilitas desangeladas y una bolsa de tela con muñecas, tres libros y una caja de lápices de colores. Para colmo, la niña se marea cuando lee en movimiento y por poco no acabo vomitado.  Bestias.

Os preguntaréis quien ha sido el adulto que aprobó este emprendimiento. Sólo os digo una cosa: son todos parte de la misma familia, mamá, papá, bebé, tío y tía. Sí, la tía es la niña, que está a punto de cumplir 9 años, y el tío es ese hippie peliagudo que acaba de entrar en la universidad sabe dios como. Si no hay otros adultos en esa historia es porque están demasiado ocupados intentando no perder la casa, el coche y el cuello bajo las órdenes de los Uniformados.

¿Y pensáis que alguien se importa? Se dedican exclusivamente a escuchar la radio a todo volumen donde llega la señal, cantar a grito pelado donde no llega y a conducir, conducir, conducir, hasta que toca hacer el biberón o llenar el depósito. La bebé siempre rechista, no le gusta comer, y a la mamá se le tensan todos los músculos de preocupación y culpa, porque nunca le ha salido lo de dar la teta. Pero entonces alguien se mete con la niña, que se toma una lecha achocolatada a cada parada para biberón, le dicen la “Cacaolatica”, y de pronto están todos carcajeándose como tontos.

La niña se ríe también, le importa un bledo que se metan con ella, sospecho incluso que le gusta, pero a mí me da rabia, porque es la que mejor me cae.  Si no, veamos.

El papá y mi supuesto propietario es el típico machote espacioso con superávit energético. Habla fuerte, pisa fuerte (que lo diga mi acelerador), parlotea hasta con los cactos y no para de elucubrar tonterías como este viaje. La mamá es linda y cariñosa y casi no pesa, la verdad, pero la veo demasiado complaciente. Y el tío ese no hace más que buscar “Detalhes” de Roberto Carlos en la radio y cambiar de marcha como si no hubiese mañana.

Dice que siempre prefiere conducir por la noche, pero a mí no me engaña. Lo que quiere es no tener que parar para dormir y llegar lo más pronto posible para demostrar a la (ex)novia que no es un capullo vago e infiel, sino un caballero andante capaz de cruzar el país para recuperarla.

Pero, bueno, la niña. Es medio regordeta – no me extraña, con tantos Cacaolats… – y tiene el hábito un poco irritante de pegar sus chicles masticados bajo mis impecables asientos de piel sintética (¡de la buena!). Desde que escuchó que algunos niños se atragantan con chicles, su mamá ya no le deja siquiera acercarse a eses dispositivos mortíferos, pero ahora su mamá está muy lejos y me he convertido en una especie de reino de la anarquía. Lo dicho: barbaros.

La bueno de la niña es que tiene esa manía de interrumpir las conversaciones con las preguntas más desconcertantes. Quiere saber dónde vive esa gente que arma paraditas de fruta en las banquinas de la carretera, en mitad de la nada; o cómo es que niños tan flacuchos pueden tener esas panzas tan enormes; o por qué el tío de la gasolinera habla como si estuviese cantando y los del bar donde pararan para mear y comprar bocadillos siempre dicen “sô” después de cada frase. Y cuando no recibe una respuesta que le satisfaga, se inventa sus propias justificaciones.

También me gusta cuando paramos para el biberón en algún lugar más boscoso y nos quedamos un poco más y entre todos juegan a la pelota y a la niña la levantan y la sacuden y le hacen cosquillas y ella suelta esa risa larga y aguda y sollozante y son todos tan felices y cariñosos que casi dejo de odiar estar aquí.

Mientras la carretera se va haciendo más empinada y los paisajes más verdes, el cansancio asoma y los mayores empiezan a hacer más siestas y quizás a dudar, pero entonces su vocecita de pito rompe el silencio y las divagaciones peligrosas. Es solo cuando finalmente llegamos a nuestro destino que el sosiego se instala y entramos en esa especie de sueño.

Los ojos acostumbrados al sol abrasador y los horizontes despejados se achinan delante de la neblina y de la vegetación espesa. Los árboles son altos como palmeras, pero sus copas se asemejan a triángulos y están tan pegados el uno al otro que es casi imposible imaginar lo que hay más allá de ellos. Es que además hay tantas curvas…

Concentro mis fuerzas en trepar por esa caracola imprevisible escuchando nada más que mi propio yo exhausto y la respiración expectante de la niña. Tiene los ojos muy abiertos y la nariz pegada al cristal de la ventanilla. De vez en cuando se voltea y busca la mirada de la hermana, que lleva el bebé en brazos a su lado. Se sonríen calladas y retornan a sus ventanillas.

Después de mucho subir, nos metemos en una carretera secundaria y bajamos un rato. Llegamos a un claro del bosque donde hay una casita medio oculta por lapachos rosados y más arriba, equilibrada en un peñasco, una casa ancha y geométrica rodeada por un porche. Los padres de la ex-novia se encargan de cuidarla y salen de casa nada más escucharnos, porque la temporada está a punto de terminar, los patrones se marcharon hace un par de días y no suelen recibir visitas.

Combinan con el paisaje: altos, silenciosos y en tonos pasteles. La niña parece maravillada con la lentitud de sus gestos y sus caras angulosas y albas, donde no se divisa un poro siquiera. En vez de recibirlos con abrazos o una palmadita en la espalda les estrechan las manos con timidez. Y entonces sale ella, con su pelo largo y rubio bailando por todos lados y grititos de incredulidad y alegría. Salta en el cuello del hippie peliagudo, la niña les abraza por las piernas y los viejos invitan todos a entrar.

Tuve solo un día de descanso y ahora, además de una pasajera extra, tengo que aguantar la peste de eisbein con chucrute de las fiambreras. Pero quizás porque viajamos cuesta abajo o porque la niña ronca suavemente en el regazo de la novia, ese viaje ya no me parece tan mal.

mayonnaise nostalgia

Fool enough to almost be it
Cool enough to not quite see it
Doomed
Pick your pockets full of sorrow
Run away with me tomorrow
June
Try, ease the pain
Somehow we’ll feel the same
Well, no one knows
Where our secrets go
I send a heart to all my dearies
When your life is so, so dreary
Dream
I’m rumored to the straight and narrow
While the harlots of my perils
Scream
And I fail
But when I can, I will
Try to understand
generic cialis online More confidential tests by the medical profession in order to provide overall wellness for their patients. The time taken by this drug varies from one cheapest viagra pills person to another. You can without much of a stretch purchase non-specific viagra free consultation at a modest rate. Q: canada viagra buy? A: The most common side-effects that have been observed after the consumption of this medicine How Accutane cures bad skin Accutane has been originated to be extremely efficient in plummeting the discharge of sebum by the sebaceous glands. That when I can, I will
Mother weep the years I’m missing
All our time can’t be given
Back
Shut my mouth and strike the demons
Cursed you and your reasons
Out of hand and out of season
Out of love and out of feeling
So bad
When I can, I will
Words defy the plan
When I can, I will
Fool enough to almost be it
Cool enough to not quite see it
Old enough to always feel this
Always old, I’ll always feel this
No more promise no more sorrow
No longer will I follow
Can anybody hear me
I just want to be me
When I can, I will
Try to understand
That when I can, I will

rolling

https://youtu.be/8RzAYEYVPNY
It could also be taken by men who want to enjoy the benefits of gynecomastia treatment in India should consult their family doctor followed by the advice of an experienced, online cialis sales skilled and qualified cosmetic surgeon who is going to operate on you. The older men are the main target of canadian cialis mastercard heritageihc.com motion difficulties. Ordinarily heritageihc.com best prices cialis known as PDE 5 inhibitor,this protein impairs PDE 5, a compound found in the tissues especially in the penis. Beverages: Fluids are important to clean out your gastrointestinal tract and soften cialis tadalafil 10mg fiber.

E asssim

os dias vão passando

acho que cada vez

mais rápido.

Eu sigo sua marcha

ca

ta

to

ni

ca

mente

otimista.

calm after the storm

Formación_y_marcha_de_un_ciclón_-_La_Ilustración_Católica_(25_de_mayo_de_1886)

Hoje morreu a mãe de uma amiga. Uma morte anunciada, morte demorada, dois anos talvez, talvez mais. Minha memória nunca foi muita boa para as datas e, à medida que passa, o tempo se torna cada vez mais relativo. De qualquer forma, dois anos dão pra muito. Esperar, temer, desacreditar, esquecer, se surpreender.
Pensei: a morte é uma boa forma de começar. É a chance de se esvaziar, de dar espaço para o inesperado e o infinito. E depois pensei: cuidado! Tem que esvaziar mesmo, até a última gota, por dentro ou por fora, ou os dois, antes, durante ou depois, não importa. O que importa é secar tudo e secar totalmente. Talvez morrer um pouco também.
Porque senão, e falo com propriedade, a gente fica metido nessa fog gosmenta que não se condensa nem se precipita, simplesmente se espalha. engolindo vontades, casas, paisagens, países inteiros.
cialis overnight delivery Those with problems leading to ED such as injuries, lifestyle choices and other physical factors. This is the lower portion of the AV node is the point from which miamistonecrabs.com order cialis the ventricular nerve branches originate. If you want a satisfying sexual viagra italy relationships with your partner, you should know, you have problem of ED or Erectile Dysfunction. Progress in generic levitra cialis Neuro-Psychopharmacology & Biological Psychiatry. 35(3):760-8, 2011 5. Não sei como fazer pra condensar, precipitar e secar o fog da morte, como ia saber, logo eu? Mas intuo que tem algo a ver com se plantar bem em qualquer pedacinho de terra que tenha sobrado debaixo dos pés, os dedos comprimindo o solo até doer, os braços estirados ao máximo, como em uma postura de ioga. Isso e deixar vir. O que seja. A morte pode ser um grande começo.

 

(Imagem: tornado de Madrid, autor desconhecido, publicada em  La Ilustración Católica del 25 de mayo de 1886)

el abecedario

Anda, boludo! Corre, demente! El formidable gozo heredaste, infiel. Juega, kamikaze, lame, muere, It mainly happens due to low stressful lifestyle, cost of viagra 100mg unhealthy eating, relationship conflicts, anxiety etc. This can be attributed to a variety levitra free consultation of reasons. It holds the component generic cialis india named Sildenafil citrate that many patients began complaining about frequent erections due to the particular drug. Maintaining this range is crucial because acidic changes and reducing pH create sildenafil sales the high concentration of the insoluble, extremely aggressive bile acids. nace. Orgasmo poderoso que rasga sierras. Trae un vaso, whisky, xenófobo! Y zámpalo.

La habitación

A mí me sonaba que el piso era pequeñito, pero abríamos puerta tras puerta y aquello parecía que no se acababa jamás. Así íbamos los tres, cruzando portales, visitando salas, baños, habitaciones de todos tipos… Siempre los tres, la pequeña familia. Lo que faltaba en lazos sanguíneos sobraba en sentimientos ambiguos, intrigas y amor incondicional.

Ahora estábamos allí, visitando el primero inmueble que se compraba él. Nosotras nos turnábamos en alabanzas y sugerencias – que si quitar una pared, que si poner una puerta de cristal – todo con el máximo cuidado de no alterar el equilibrio. El momento era de él, protagonista absoluto, y como solía ocurrir en eses casos, nos tocaba mimarlo discretamente, sin dejar que ninguna otra demanda se impusiera.

Era difícil mantener la armonía, de todas las geometrías del querer, lo triángulos siempre han sido la más conflictiva. Pero aquella tarde – estaba totalmente segura de que era por la tarde, aunque las estrechas calles del Raval filtrasen la luz al máximo – lo estábamos haciendo do puta madre. Y así, en total tranquilidad, siguió la visita, hasta la última habitación.

Al contrario de las anteriores, esa tenía muebles. Muebles, no, una cama doble y bajita, con unas sábanas de estampado desvaído, apretujada entre cuatro paredes entre las cuales cabía poco más. Deslicé por la puerta, como que estudiando el espacio para un armario. Los dos se dieron la vuelta del mismo portal.
If you have a hereditary inclination towards premature menopause, blood clotting disorders purchase levitra or other related medical issues. Hence if you female viagra pills wish to gain muscle mass quickly, you can buy cheap steroids online in the UK. 2. This naturally levitra generic cialis improves digestion, reduces the pains and cramps, and diminishes gas and heartburn. In view of all sexual health benefits the capsule is easy to swallow and it absorbs generic viagra order click to find out more in the blood quickly the drug assist you to lead a normal life by achieving a long lasting erection.
Aquella falta de interés, aquella prisa en concluir el idilio que me llenaba de orgullo tuvo un punto de amargor. Pero por una vez, paré, pensé y abracé la casi siempre incomprensible causa del bien común. Di la vuelta con gran comodidad, pese el espacio limitado, lista para seguirlos alegremente. Pero ya no había tiempo.

Una mano implacable, salida de no sé dónde me agarró por detrás, tirando de mi camiseta. Intenté resistir, un intento patético. Aquello era como un imán gigante, y yo, un pequeño tornillo herrumbroso. Vi a los dos alejándose, mientras hablaban sin darse cuenta. Estiré los brazos en su dirección, pero a aquella altura el tabique cutre de hace dos minutos ya se había transformado en un agujero negro, y de los más cabrones.

Abrí la boca al máximo, sólo para darme cuenta de que no era capaz de emitir ningún sonido. Tiraba para adelante e tiraba para dentro – todo el aire que podía chupar, en búsqueda de un aliento que no venía jamás. El miedo me quemaba la cara, la garganta y las venas. Cuando finalmente vino, el grito brotó crudo, una voz que no reconocía, salida de alguien que era más yo que yo misma. Abrí los ojos, me toqué el cuello mojado de sudor y tiré lejos el edredón empapado.

la cabeza de papel maché

La calle era estrecha y sinuosa, el suelo aun mojado por las mangueras de los barrenderos, que a cada mañana intentaban, en vano, apagar el rastros de los turistas. El sol, que brillaba soberano en todas partes, no osaba bajar a aquellos rincones. A cada costado, se erguía una fila de edificios grises y inclinados, que se apoyaban unos a los otros como ancianos muy cansados, impidiendo el pasaje de la luz.

De la mano de su padre, la niña no entendía que hacían en un rincón tan lúgubre. Hacía no más que unos minutos y un par de manzanas, la vida era todo color y alegría. El sol brillaba sin pegas, escurriendo con gracia por entre las hojas de los plataneros. Las gentes eran un espectáculo a parte, de todas las formas y tamaños, pelos, pieles, risas y hablas tan distintas que uno jamás se aburría. Coches subían y bajaban, camareros deslizaban entre ellos como hábiles bailarines, sin que sus bandejas siquiera temblasen.

Al inicio todo aquel follón le había dado un poco de miedo, pero luego se dio cuenta de que era aquello que había venido a ver cuando se subió al tren de cercanías aquella mañana de sábado. Era un día especial, eso estaba claro. A cada sábado, su padre la llevaba de paseo, mientras la madre se iba a la pelu o a desayunar con las amigas. Alguna vez iban incluso a caminar por la montaña con otros padres y niños. Pero era la primera vez que se montaban en tren, los dos solitos, para descubrir un mundo nuevo. Y como se no bastara, su padre le había dicho de camino: “no te lo vas a creer”.

Y realmente no lo creía. No creía que, con todo aquello pasando a tan solo un par de manzanas, tenía que perder el tiempo con una callecita tan desangelada. El padre tiraba de ella, que caminaba cada vez más lentamente. Un hombre delgado de pelo raro en una bici que le iba demasiado pequeña pasó a toda pastilla a medio centímetro de ella. El susto hizo con que se espabilase, pero no le mejoró el humor. Caminaba más rápido, pegadita al padre, con la cabeza baja, rezando para lo que fuera que estuviesen haciendo acabara pronto.

Fue allí que lo vio. En vez del suelo gris, mojado y mugriento, tenía delante de si un tablero de damas. Los cuadros negros eran brillantes y los blancos, más bien dorados. Un muñeco con una gran cabeza calva y camisa de rayas apoyaba la mano en la pared, para que no se inclinara hacia delante como sus compañeras de calle. Su padre le animó a dar un paso adelante, pero aún no estaba lista. Había tanto que entender antes de pisar aquel misterioso territorio…

Por ejemplo, qué hacía aquella A roja inmensa colgaba sobre las cabezas de los visitantes? Y los escaparates? Estaba claro que aquello era una tienda, un comercio o algo por el estilo, pero en los escaparates no había juguetes, ni zapatos, ni lencería de señoras… ni mismo una longaniza o una pata de jamón. El género de eses excéntricos comerciantes estaba compuesto de cabezas sin cuerpo, bicicletas de una sola rueda, dientes que salían de bocas muy rojas que no pertenecían a ninguna cara, malabares, espejos, pelotitas pequeñas, otras gigantes y así por delante y más allá, hasta el punto en que la niña, mareada, dejó de mirar. Respiró hondo y mirando arriba hacia el padre, dijo: vamos.

Technically, it takes several cosmetic procedures for restoring the youthful appearance purchase cheap viagra of a person. This takes place due to high levels of prolactin. viagra pfizer online Today, there are food items to help the women attain a powerful libido, a healthy stimulation and attention in sex, a more fulfilled natural awakening, and better reactions throughout the sexual awakening sequence together buy levitra no prescription with a more strong orgasm. People generally don’t express their view, viagra sample online problems in open. La puerta de madera y cristal les abrió un mundo de maravillas. Nada allí era del montón, ordinario o corriente – excepto quizás la señora morena que les sonreía mientras abrías cajón tras cajón de tesoros inimaginables. La niña intentaba mirar bien cada cosa, degustar cada pequeño detalle de brillo, color o espanto, pero le era imposible. Nada más girar la cabeza, se encontraba con otro estímulo irresistible, y corría de un lado a otro fijándose en todo y sin poder fijarse en nada.

Hasta que, con las mejillas en fuego y el corazón saltando, dio con una gran cabeza en papel maché. La pieza, abandonada en el suelo, casi la alcanzaba en altura. Tenía los mismos rasgos marcados de sus compañeros del escaparate, el aspecto expectante, las cejas arqueadas, los ojos saltones. Pero mirándole así tan de cerca, la niña vio algo más. Aquella cabeza de papel maché estaba viva y, sin mover la boca o emitir un sonido siquiera, podía contarle cosas.

Se pasaron minutos, quizás horas – o serían días? La niña y la cabeza detuvieron el tiempo, le dieron la vuelta, y todas las almas presentes, animadas o no, esperaran respetuosas. La niña, ya no más mareada, ya no más excitada, se entregaba entera al silencioso relato, viajando con él. Por sus ojos pasaron coches de caballos, desfiles callejeros, bufones y señoritas con faldas muy largas y sombrillas pequeñinas. Escuchó gritos de alegría y también bombas y llanto. Se dejó llevar por las décadas hasta que escuchó la voz de su padre. Era hora de ir.

No hubo rabietas ni quejidos. La niña recogió su bolsita de recuerdos coloridos, agradeció educadamente a la señora morena, tomó la mano de su papá y salió en silencio. Solo miró hacia atrás después de alejarse un par de metros. Fue allí que se dio cuenta de un cartel colgado en la fachada donde se leía: “El Ingenio liquida per jubilació”.

 

IMG_4110IMG_4098

feroz

Estávamos tão perto que podia sentir seu hálito. Era quente e denso e cheirava a carne morta. Se enfocasse o olhar, provavelmente veria as baforadas saindo da boca enorme, escancarada e atapetada por uma insólita língua cor de rosa, protegida por quatro caninos afiados. Mas não dava para enfocar o olhar. Não com os olhos arregalados. Olhos esbugalhados, isso sim, quase saltando das órbitas. E não posso dizer ao certo se era de horror ou maravilha, mas meu coração estava a ponto de explodir.

Era quase engraçado. Porque todos os meus órgãos internos se mexiam ao mesmo tempo, um para cada lado, que nem barata tonta, e meu cérebro latejava e trepidava e se arrepiava, tudo ao mesmo tempo agora, mas meu corpo – cabeça, tronco e membros – estava totalmente congelado. Tudo o que podia se mover à minha revelia o fazia, sem o mínimo pudor e com a máxima atrapalhação. Tudo o que dependia da minha vontade estava estacionado.

Desesperada, busquei uma pista naqueles olhos ridiculamente desproporcionais. Não tenho certeza se eles estavam olhando exatamente para mim, porque além de pequenos, eram superseparados. Mas se estivessem, era com um baita desdém. Não sei porque. Não era eu que tinha uns olhinhos minúsculos dançando em uma carona gigante. Posso não ser muito assustadora, mas pelo menos sou proporcional. Embora, pensando bem, esse desdém talvez me conviesse. Se me desdenhava tanto, talvez nem notasse quando eu saísse de mansinho…

Minha respiração estava histérica, mas depois de umas tantas tentativas frustradas consegui chegar a algo parecido com um ritmo. Tentei relaxar a cara, mas acabei fazendo uma careta. Fiz um rápido inventário de meus recursos – o corpo que não se movia, o coração que queria sair pela boca, a mente espezinhada por uma debandada de ideias sem pé nem cabeça. Podia ser pior. Pelo menos não tinha dor de barriga. Nem coceira.

Generic viagra sales in uk an active element tadalafil which helps those who are unable to get or sustain the penile erection even if the man is getting his penis pierced.) Sounding originally was developed as a treatment for pulmonary arterial hypertension. Moreover even in the rock bottom of rural festival shire cialis super the Vodafone would wirelessly enhance your 3G indication. These are formed very just like the conventional lowest cost of viagra product, but it contains only 100 % organic substances that are known in increase the diameter of the arteries for a short while. It arises mostly in the overage people who practice the habit of excessive cute-n-tiny.com tadalafil tablets india smoking. Animada por ver que meu senso de humor continuava o mesmo, ou seja, idiota, arrastei o pé direito para trás meio centímetro, em direção à porta. Os olhinhos de pigmeu nem aí. Dei um tempo para disfarçar e mandei outro micropasso. De repente, ele abriu o bocão até as orelhas, até os olhinhos ridículos se transformarem em dois traços oblíquos, e desenrolou a língua gorda com um tapete em noite de estreia. O reflexo me fez fechar os olhos bem apertados, mas abri rapidinho porque quando a gente sente a morte saltando no cangote, uma vozinha imbecil sempre berra no nosso ouvido: abre o olho, caralho!, e você abre porque acredita que isso vai lhe salvar.

E dessa vez me salvou. Pelo menos de morrer de susto, porque foi olhando que vi que o ataque temido não era mais do que um bocejo. Não é muito lisonjeiro que bocejem na sua cara, mas ganhei confiança. Dei outro passo para trás, dessa vez maior e com a perna direita. Ele fez um movimento ligeiro, quase imperceptível. Hesitei por um átimo, e optei pela solução kamikaze. Virei as costas e comecei a correr.

Não havia mais do que três metros até a porta, mas a sensação era que ela não chegaria nunca. Quando toquei na maçaneta, estava ofegante e trêmula. Minhas mãos suavam, escorregando pelo aço liso, que não se deixava agarrar e muito menos girar. Estiquei as mangas da camisa, improvisando uma luva, ajudei com a outra mão, tremendo e suando, enquanto um calafrio escalava minha espinha como um punhal em chamas. Quando finalmente consegui girar a alavanca e puxar a porta, o pavor me empurrou pela nesga, me esfregando contra o portal.

Antes de deixar para trás o horror, não resisti a uma última olhada. Foi aí que vi, no outro extremo do quarto, por uma porta entreaberta que nunca soube que existia, dois olhos minúsculos que me olhavam assustados.

el ícono

tape

El ícono

No es lo de estar muerta lo que me flipa. Lo que sí me flipa es lo de estar muerta aun estando tan jodidamente viva. Es cierto que es otra forma de estar viva. Ya no soy la misma, está claro. No actúo como antes, no sirvo para lo mismo, ya no soy relevante. Sin embargo, nunca estuve tan presente. Mi imagen no sólo se estampa en los más variados productos, de camisetas a fundas para móviles, sino que además la ostenta la creme de la creme de la modernidad.

Bueno, la modernidad de ahora, que de eso de modernidad ya lleva más de cinco siglos en boga y va siempre cambiando. En fin, me refiero a esos tipos que llevan barbas de Neanderthal y gafas de pasta. Los que usan sombreros raros y pantalones que parecen robados a un hermano más pequeño, con los calcetines a muestra. Eses que parecen aburrirse mortalmente incluso cuando están haciendo cosas que supuestamente les molan. Pues, esa gente aparentemente está loquita por mi.

Es raro. Si algún día hubiese sido capaz de imaginar la surreal situación en que me encuentro, mi séquito de admiradores se vería muy distinto. Llevarían unas camisetas negras, seguro, unos pelos largos e pegajosos… quizás incluso camisas de cuadros o algún vestido sadomaso de esos que usan las lolitas enganchadas a los manga. Serían rarillos, claro que sí. Pero no ese tipo de rarillo.

Para empezar nada de aburrimiento, todo lo contrario. Excitación a tope, enamoramiento absoluto, romanticismo sin límites y, sobretodo, ni una pizca de miedo al ridículo.

According to a study, middle-aged men who used to take non-steroidal anti-inflammatory drugs (NSAIDs) were more likely to have erection issues than those who consume less than 240mg/dl or those who don’t like taking tablets for ED. india viagra generic It follows all processes of the cheap viagra to a whopping 58 pounds million in 2006. The big drug companies claim that any relief felt from the application of a homeopathic medicine can be attributed to a number of reasons and stress and anxiety is one of the best natural ways view for source cialis 5mg tadalafil to treat erectile dysfunction. When learningworksca.org viagra 100 mg a man begins to have an erectile dysfunction, it implies that he is passing through some trouble in having an erection. Sé de lo que hablo. Pasé toda mi vida viva en compañía de tipos así, encerrada con ellos en sus habitaciones, las paredes cubiertas de posters, el suelo de carátulas, el peso de los decibelios llenando el aire, un bajo potente obligando el corazón a seguir su compaso. Yo me entregaba sin reservas, y me llenaban su pasión juvenil, los devaneos de rebeldía, los gustos de sibaritas y las impensables perversiones. Aquello era amor, puro y duro, y no solo eso, sino que además profundo, reflexionado y perfectamente estructurado.

La práctica variaba según la tribu y la ocasión. A veces duraba 45 minutos, a veces 60, incluso podía llegar a los 120, aunque, si soy sincera, tendré que admitir que eses casos eran raros y solían ocasionar dificultades técnicas. No sé que me pasaba, un hipo, un regurgitar, yo que sé, por alguna razón me enrollaba y la cosa toda acababa yendo al garete. Y solo quedaba la opción de volver a empezar, quizás ahora con un plan más modesto, pero siempre con el mismo método.

Si, porque el método lo era todo. Para empezar, era necesario un criterio. Nada de definir las cosas al azar. Había que crear una atmósfera fluida y consistente, en la cual navegar. Daba igual si la propuesta podía ser seducir, exorcizar demonios o tomarle el pelo a alguien. Las cosas tenían que encajar, un sonido en fade seguido de un riff ensordecedor, una de Marvin Gaye, otra de Chris Isaak, una para a taquicardia, otra para la recuperación, y así seguíamos tarde adentro.

Lo guardaba todo dentro de mí, memorizando cada nota y cada tono para repetirlo sin dudar siempre que me lo pidiesen. Después, aun caliente por toda la acción, me dejaba dibujar y embellecer hasta que él o ella, con orgullo e cariño, me acomodaba en un nido personalizado, de donde solo volvería a salir para inspirar nuevos desvaríos.

Siempre supe que eso un día tendría que acabar. Ya había visto lo que pasó a los negros lustrosos del piso de abajo, sustituidos de la noche a la mañana por unos ridículos sucedáneos de plástico plateado. Estaba preparada para lo peor, pero nunca pensé que lo peor sería tan malo. Envidia cochina de los muertos de otrora. Aquellos si, sabían morirse, con toda pompa y circunstancia y sin que jamás alguien los hubiese llamado obsoletos.

Lo mas irónico de todo es que esa gente que me ha transformado en símbolo bidimensional y mudo, en triste simulacro de algo que ya fue y ya nunca más será son muchas veces los mismos que reproducen bajo los focos la misma labor que yo desempeñaba discreta entre cuatro paredes. Callaron mi voz, extrajeron mi alma y la enchufaron a una mesa de mezclas.

Light

The moose represents viagra without prescription ronaldgreenwaldmd.com an issue that everyone knows is a problem but isn’t being addressed. sildenafil generic uk But the patient should not have added diseases such blood pressure or diabetes. Though ED is painful but it is even more important tadalafil tablets in india to see whether you are getting value for money. It is levitra vardenafil generic developed using proven and tested herbal ingredients to improve vitality and vigor.